Mario Mitrotti acaba de cumplir 80 años y es el creador audiovisual de mayor trayectoria en Colombia. Nacido en Panamá y colombiano por adopción lleva más de cincuenta años en la industria y ha filmado tres largometrajes, decenas de cortos, videos musicales, telenovelas y más de 1500 comerciales.
Precisamente, uno de los comerciales de su autoría, rodado para la multinacional Pepsi Cola, le permitió saltar al estrellato a la actriz Sofía Vergara, protagonista de series como Modern Family o la reciente producción de Netflix Griselda.
A lo largo de su carrera, Mitrotti ha realizado tres películas: El Candidato, Las Cuatro edades del Amor y Mujer de Fuego. También dirigió y produjo el cortometraje de tinte de sátira política Al Paredón, rodado en 1972, que se alzó con 14 premios internacionales y Corralejas de Sincelejo, que también obtuvo 17 premios, por mencionar algunas de sus producciones más laureadas. Además fue el director de Pandillas Guerra y Paz, Unidad Investigativa, Hilos Invisibles, Hermosa Niña, Los Victorinos, Ojo por Ojo y Flor Salvaje.
A la par de su dilatada y prestigiosa labor como realizador audiovisual, Mario supo sumar a lo largo de su carrera un enorme compromiso gremial en procura de mejorar la actividad y los derechos de todos sus colegas, que lo llevó a ser parte fundacional de numerosas agremiaciones de directores y escritores como REDES o DASC, de la que ocupa su presidencia desde el año 2012.
Como parte de su gestión al frente de la entidad, DASC acaba de lograr la compra de una sede propia -recientemente inaugurada- e impulsar hasta su concreción a la ley Pepe Sánchez, que entre otros beneficios otorga a los autores audiovisuales un derecho de remuneración por la comunicación pública de sus obras.
-Cuando un director de cine se dedica a defender los derechos de sus colegas: ¿le queda tiempo para la creación? ¿Cómo ha sido en su caso?
-Toda la vida aparte de hacer películas, telenovelas, escribir, etcétera, siempre he sido gremialista. Siempre estado con algún gremio, he fundado varios, de algunos he sido presidente varias veces. En el 2011-2012 inventamos con Teresa Saldarriaga (actual vicepresidenta de DASC) unos congresos sobre el derecho de autor, cuando no teníamos la menor idea qué era el derecho de autor. Pero quisimos hacer unos congresos para que nos lo explicaran. En el segundo congreso, que la gente ya sabía de qué se trataba, vino gente de DAC. Y el encargado de la CISAC para América Latina. En el 2012 cuando viajamos a Buenos Aires conocí a Carlos Galettini (actual presidente de DAC) que me preguntó “¿qué es Colombia?” Y yo le dije que Colombia es fuerte en televisión y en cine no tanto. En televisión hacemos unas 45 telenovelas de cien capítulos. Son muchas horas. Y en cine hacemos unas 40 películas de largometraje. Así que me vine para Colombia y como a los dos meses me llamó Carlos Galettini para decirme que nos iba a ayudar que me fuera para Argentina para tomar un curso en DAC. Cuando llegamos a Colombia, pues comenzamos a hacer todas las cosas que había que hacer. Pero con la ley que teníamos no se podía. Teníamos que cambiar la ley. Entonces en el 2014 nos pusimos a cambiar la Ley. Y en el 2016 se aprobó la ley, que la llamamos Pepe Sánchez, que fue un director, un actor y un libretista muy bueno. Pepe fue el asistente del director de Miguel Littín en Chile cuando se hizo El Chacal de Nahueltoro. Pepe nos ayudó, pero dos meses antes de promulgar la ley él falleció. Por eso a la ley la conocemos con su nombre.
La concreción de un anhelo
La flamante Casa del Director inaugurada en los últimos días por DASC fue posible a partir de la utilización del 10% de fondos reservados de Bienestar Social, que la entidad no había ejecutado en los últimos tiempos.
Tras una solicitud a la Dirección Nacional de Derecho de Autor, de disponer de ese dinero para la compra del inmueble, lograron adquirir 200 metros cuadrados repartidos en tres oficinas en un edificio que además cuenta con un auditorio para cerca de 150 personas que puede ser utilizado por DASC.
Aprobación de la ley Pepe Sánchez en 2017
Sobre el logro, Mitrotti le dijo a AV CREATORS NEWS que “según la Dirección Nacional de Derecho de Autor somos la única sociedad de gestión de Colombia, que tiene sede propia en 5 años de funcionamiento, ya que todos los demás se tardaron mucho tiempo para tener sede propia. Pero al margen de esto, somos 7 las sociedades de gestión en Colombia y todas tenemos sede propia. El dinero de Bienestar Social que utilizamos para la compra de la sede no era solo del año pasado sino acumulado de varios años. Gastamos entre comprarlo y remodelarlo unos 1.500 millones de pesos (aproximadamente 375 mil dólares). Así que todavía tenemos algún dinero”.
-¿Cómo ha influido la Ley Pepe Sánchez en el reconocimiento del talento y el aporte a la industria cultural por parte de los directores de cine y televisión en Colombia?
-Primero que todo para hacer la ley teníamos que reunir a un montón de directores tanto de cine como de televisión, que cada uno estaba posicionado. Entonces, ese fue el trabajo muy difícil al comienzo. Pero una vez que íbamos logrando la ley, ya más gente se unía. Además, la ley Pepe Sánchez la hicimos junto a los escritores audiovisuales. Tanto guionistas como libretistas de televisión. Ellos fundaron también su sociedad de gestión debido a la ley Pepe Sánchez (REDES). Nosotros somos Directores audiovisuales. Son dos sociedades diferentes. La ley, a medida que se iba haciendo un éxito, pues la gente empezó a afiliarse. Tanto en Redes como en DASC. Y hoy en día tenemos 300 directores afiliados y REDES debe tener unos 500 escritores. Los escritores son siempre más que los directores.
-¿De qué manera ha logrado DASC de que estos beneficios lleguen de manera justa y equitativa a los directores representados por la sociedad de gestión?
-Siempre el que unos artistas hayan hecho una ley, eso es como atravesar el desierto del Sahara a pie. Un político sabe cómo se hace. Nosotros tuvimos que aprender todos los manejos políticos para lograr sacar esta ley. Hoy en día, tenemos puesto en la sociedad cultural colombiana mucho más sólido, mucho más fuerte del que teníamos hace 6 o 7 años. Hoy en día somos una entidad bien formada, muy unida, que ha repartido en total en los cinco años que tenemos repartiendo. Yo creo que hemos repartido unos 7000 millones de pesos, o sea, mucho dinero. Tanto a nuestros socios como a las sociedades hermanos como DAC. Este año esperamos cerrar con algunos nuevos usuarios, que son muy importantes.
-¿Qué implica para DASC pero también para usted formar parte del Consejo de administración de una Confederación como AVACI de los cuales también son parte fundadora?
-Es un gran proyecto. Muy difícil tratar de unir diferentes pensamientos. Los latinoamericanos que fuimos los que inventamos AVACI estamos muy unidos, pero los europeos siguen teniendo ese espíritu colonialista. Y nosotros creemos en el pluralismo. Y creemos que todas las naciones tienen gente inteligente porque a AVACI lo inventamos en FESAAL, un invento Latinoamericano. Por lo tanto, debe seguir siendo manejada -a lo menos al principio- por personajes de sociedades de gestión de América Latina. Entonces, estamos firmes en ese desarrollo.
-¿En qué estadio se encuentra la industria audiovisual en Colombia, hablando de producciones de series, de telenovelas o de cine?
-Ha sido muy fuerte en lo que respecta a televisión, aquí se han hecho muchas series. Algunas colombianas, otras financiadas por Netflix, por Amazon, etcétera. Pero en cuanto al cine sigue en la misma discusión. Puede aparecer una comedia que funciona muy bien en Colombia a nivel de público. Pero otros temas no han tenido una buena respuesta en cuanto a público. Algunas de ellas son muy buenas películas, han ganado premios, festivales internacionales, pero aparte de ganar premios uno debe conectarse con el público porque si no hay una respuesta del público a tus películas es muy difícil armar una industria próspera. En cuanto a la televisión es en Colombia una industria próspera. Pero el cine son esfuerzos muy individuales, aunque el año pasado se hicieron como 50 películas de largometraje. La mayoría bastante buenas, algunas defectuosas, pero todas a nivel técnico están perfectas, esa parte técnica ya fue superada hace muchos años.
-¿Cuentan con apoyo estatal como el Instituto de Cine colombiano?
-Se cuenta con una ley de cine, pero con muy poco dinero para producción. Dos, tres, cuatro películas al año tienen financiación en un 80% del Estado. El resto es esfuerzo individual. Y así es muy difícil, pues los exhibidores no son propiamente los mejores amigos del cine colombiano.
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