Por Ulises Román Rodríguez
En el mundo entero es conocido el influjo y el poder de la industria audiovisual mexicana. Desde las exitosas películas de Mario Moreno “Cantiflas” en las décadas del 40’ y 50’ hasta las telenovelas que han atrapado a millones de espectadores en todo el mundo. A estas obras se le debe sumar el talento de realizadores audiovisuales de la actualidad como Arturo Ripstein, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejo González Iñarritu o Tatiana Huezo. Y también éxitos de plataformas como la serie de Luis Miguel, que cuenta entre los guionistas con la pluma de Daniel Krauze.
Tanta producción y visibilidad hizo necesario el surgimiento de sociedades que apoyaran y protegieran a los creadores de esas historias. De ese modo, en 1963, se fundó la Sociedad Mexicana de Directores Realizadores de Obras Audiovisuales (www.directoresmexico.com.mx), una de las sociedades precursoras del derecho de autor en México que defiende los derechos de los autores de las obras cinematográficas y audiovisuales e impulsa la gestión colectiva.
En 1976, los escritores hicieron lo mismo con la creación de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) con el fin de fomentar y difundir la producción literaria e intelectual de sus socios, pero además para gestionar el registro de sus obras, brindar protección legal en defensa de los derechos de autor, realizar la recaudación y entrega de regalías generadas por sus obras y representar legalmente a sus asociados tanto de la rama de la televisión como del cine, la radio, el teatro y la literatura.
Pero a la hora de encontrar un marco legal de protección a la autoría de los escritores hay que retrotraerse hasta enero de 1948 cuando entró en vigencia la Ley Federal sobre el Derecho de Autor, que había sido promulgada el 31 de diciembre de 1947 y ofrecía a los autores numerosos derechos. Sin embargo, esa ley fue derogada por la Ley Federal de Derecho de Autor de 1996, que entró en vigor el 25 de marzo de 1997.
Gerardo Luna Islas, presidente del Consejo Directivo de la SOGEM, le cuenta a AV Creators News que aquella “primera ley tenía muchas bondades para los escritores. Y con ella la SOGEM era la única sociedad de gestión colectiva que estaba facultada por ley para recaudar las regalías, pero en 1997 hubo un retroceso legal porque se nos limitó a las asociaciones recaudar para todos en representación. Fue un retroceso porque tuvimos que solicitar poderes notariales a los escritores para poder representarlos y poder cobrar. Por eso disminuyó la cantidad de recaudación y, por supuesto, con muchos escritores tuvimos muchas dificultades para poder representarlos”.
La ley de Derecho de Autor establece que los creadores pueden generar regalías y obliga a los usuarios de los creadores a pagar. Sin embargo, el artículo 83 de la ley vigente introduce “una limitante donde nos condiciona ese pago a que se establezca en el contrato desde inicio, es decir, tenemos que incluir una cláusula de reserva de comunicación pública para que sea efectiva el pago de la regalía.
Entonces entra en marcha esta figura horrenda que es la obra por encargo y si no está establecida desde el principio en el contrato y no reservamos el derecho a cobrar esas regalías entonces no la podemos cobrar”, subraya Luna Islas.
La situación del autor audiovisual
La modificación jurídica derivó en la necesidad de contar con “un poder notarial para representar a nuestros autores. Pero las obras por encargo son una desgracia porque en esas obras por encargo ya no tienen todos esos derechos, ya no tienen una licencia, ya es ‘yo te quito al hijo y olvídate de él’. Lo que hemos hecho desde SOGEM es que, si tú le quieres quitar al hijo, debes pagarle como en Estados Unidos. ¿Tú quieres todos los derechos, quieres tenerlo de por vida? OK, dejemos las licencias y pasemos a ver cómo están los porcentajes en Estados Unidos, porque lo que estás pidiendo es una excelente adaptación con un precio bajísimo. Páganos como en Estados Unidos y si no quieres pagarme como en Estados Unidos, entonces mínimo mete la cláusula de reserva de comunicación pública para que los autores continúen cobrando”, explica Gloria López Cruz, directora de audiovisuales de la entidad a AV Creators News.
A pesar de este retroceso, hace unos años y a partir de la gestión de Víctor Hugo Rascón Banda -en aquel entonces presidente de SOGEM- los autores audiovisuales en México cuentan “con un beneficio difícil de encontrar en otros países del mundo”, dice López Cruz.
En ese entonces se firmaron convenios con las señales Televisa y Televisión Azteca tras negociaciones extraordinarias, “que les permiten a los autores cobrar regalías por adelantado” incluso sin importar que se transmita o no se transmita la telenovela, programa, unitario o película.
Al entender que tiene la Ley de Derechos de Autor de 1997 en contra, desde SOGEM multiplican las acciones para acompañar a sus asociados.
En ese sentido, Gloria López Cruz aclara que están enfocados en “atender a los autores en algo personalizado, hacer conciencia en ellos de que el derecho de regalías es lo único que van a tener. Los autores no tienen jubilación, no tienen prestaciones sociales, no tienen vacaciones, no tienen absolutamente nada. ¿Qué hemos hecho este equipo de SOGEM? Hacer conciencia en ellos para que defiendan sus derechos de autor”.
A partir de convenios con otras entidades similares del mundo, SOGEM también liquida los derechos de autor de escritores extranjeros de obras que se reproducen en México por contar con cláusulas de reserva de comunicación pública y les otorga el mismo trato nacional de los convenios de los autores mexicanos.
A pesar de entender que cuentan con la ley en contra, SOGEM logró la mayor recaudación en mucho tiempo y la sociedad busca responder con sus asociados procurando celeridad a la hora de ejecutar el pago de las regalías, que se paga semanalmente: “no esperamos tres ni seis meses. Aquí lo que hoy se cobra, se paga de inmediato a la siguiente semana”.
Los derechos y las nuevas tecnologías
Al momento de referir a la situación que atraviesa la industria audiovisual mexicana, López Cruz afirma que “el panorama global del mercado es de bonanza, o sea, las principales productoras como Amazon, Disney, se establecen en México. Incluso productoras de Colombia van a venir a establecerse porque aquí hay muchas producciones”, pero advierte que “vienen con unas ideas raras de evadir en los derechos de autor. Entonces es una contradicción, hay más producción, pero como hay más descontrol, hay muchos muchachos que no conocen sus derechos, que no están asociados a la SOGEM y entonces por ahí las productoras y estas plataformas están aprovechándose.
En ese contexto la labor de la sociedad “es la de hacer conciencia en todos esos escritores jóvenes, sobre todo con aquellos que son captados por las plataformas. Y es una contradicción, hay más producción de series y demás, pero la sociedad todavía no tiene control de esos escritores que están al acecho de trabajo”, sostiene López Cruz, que lleva más de 4 décadas trabajando en el Departamento de Audiovisuales de la SOGEM.
Atentos a las nuevas tecnologías y al uso cada vez más frecuente de la IA en el proceso creativo, la entidad también ha puesto atención en el asunto y ha manifestado preocupación al respecto.
Gloria López Cruz detalla que “debemos encontrar la fórmula para identificar aquellos contenidos originales con los cuales fueron alimentadas las nuevas obras, pero en realidad necesitamos saber el origen para tener una justa distribución de los derechos de autor porque está protegido, pero no sabemos dónde está, esa es una lucha no solo de México sino del mundo”.
Comentários